Se llama Tiburcio. No sé la edad que tiene, pero bastante. Lo trae todo muy ordenado, me va diciendo las parcelas una a una, y sabe bien lo que tiene en cada una. Es un hombre timido, respetuoso, sensible. Cuando termino de apuntar las parcelas, me dice que me quiere enseñar una carta que le han mandado y que no entiende. Es de la comunidad de Madrid, le dicen que le han quitado parte de la subvención del 2009, porque fueron a ver sus olivos y unos estaban cortados, y otros estaban mal cuidados. Dice que porque le ponen eso, que lo que paso fué que hubo una helada, se le estropearon algunos y los podo para que volvieran a crecer bien, pero no los arranco. Y los otros se perdieron con la helada. Que a él, si le tienen que quitar dinero porque los arboles no están bien, que se lo quiten. Pero que no entiende porque le mandan una carta así, acusandole cómo si el fuera malo, cuando lo que ha hecho ha sido cuidar los arboles. Le explico lo que puedo, mientras pienso en las dos caras de esa carta: el funcionario que metido en su despacho la redacta de manera fria, copiando un modelo, dando datos sin más, y sin pensar que quien la recibe es una persona , y el que la recibe, que no le duele el dinero que le quitan, sino que le traten asi de friamente. A veces perdemos la humanidad, o como se diga, el trato amable con las personas.
Le pido el dni, para ver que no está caducado, abre la cartera y veo que lleva un dni de los antigüos, de los de la huella y el estado civil, es de una mujer. Pienso, será el de su mujer. Me da el suyo, y al rato me dice: Y... ¿el de mi mujer no le hace falta?. No, con el suyo es suficiente. Al rato me dice:" Pobrecita, diez años hace ya...y no sabe cómo la hecho de menos. He pasado de ser el día a la noche. Yo antes siempre estaba contento, todo alegría, pero ahora que ella no está...soy la noche..." Vamos Tiburcio, pero hay que recuperar la alegria, seguro que tiene usted hijos. " Si, dos. Uno esta en Madrid, y no le veo más que una vez al año, el otro vive en el pueblo, y se pasa todas las noches a la casa a estar conmigo. Y no sabe lo que se lo agradezco..."